Actualmente se presenta un Proyecto de Ley que busca la apertura al sector privado a la generación, distribución y venta de energía eléctrica (que hoy por hoy, es una tarea exclusiva de la ANDE – Administración Nacional de Electricidad).
Muchos insisten en que este proyecto, traerá varios beneficios al sector eléctrico, y ahí es cuando entra en debate el Proyecto mencionado, puesto que desmonopolizar una institución calificada en el mercado de energía eléctrica tiene sus pro y contras.
Una de las desventajas de un monopolio es que en ciertos casos, explota al consumidor principalmente al restringir la producción y la variedad, o ya sea al presionar a pagar precios más altos, ya que el consumidor no tiene más opciones. La falta de competencia, definitivamente es una desventaja más, porque puede dificultar la eficacia y operatividad de la gestión, así también la reducción de los costos. La competencia es bastante necesaria para que uno se reinvente, para mejorar los servicios prestados. A veces sin dicha competencia, nos encontraríamos con intervenciones no deseadas, por ejemplo, las del gobierno.
De igual modo, el no tener competencia alguna, también podría ser calificado como una ventaja. Los monopolios suelen generar más fuentes de trabajo porque la empresa necesita de la mano de obra para continuar con la producción del bien o servicio.
Como ya sabemos, la competencia de mercado es imprescindible para conseguir una situación de libre mercado. El libre mercado nos puede asegurar que el precio de los bienes no sea pactado por unos pocos, y nos dé esa libertad de elegir a cuál servicio ir, y así tener un panorama más amplio de lo que nos gustaría invertir en cuanto a electricidad.
La verdad en este debate es que, el proyecto de convertir la ANDE en un ente regulador de generación, distribución y venta de energía y privatizar el servicio, es una cuestión frecuente que no tiene mucho sostén técnico, y eso lo estaría haciendo prácticamente inaplicable.
Si bien, el Proyecto de Ley sobre extender el sector eléctrico hacia la privatización, es bastante tentador, existen varios puntos que se deberían de tratar y analizar desde una posición más técnica.
La ANDE es un monopolio desde hace muchísimos años -desde 1949, para ser exactos, 71 años-, viéndolo así, entrar al mercado de la energía eléctrica sería algo difícil. Difícil pero no imposible.
Se debe de escuchar tanto a grupos de ingenieros y profesionales en el tema y a los sectores sindicales, estos últimos, manifiestan que el servicio de la ANDE puede mejorar sin ir a lo privado, según ellos, es posible incrementar la eficiencia del servicio concentrándose en estatuir para que las decisiones administrativas sean más técnicas y menos políticas.
Lo cual en parte, tienen un poco de razón. Creo firmemente que en el país existen personalidades idóneas en lo que respecta a la problemática de la energía eléctrica, que agrupándolos con una mayor cantidad de profesionales de cada área, sería realmente posible armar un equipo e institución listos para prestar servicios realmente funcionales al público.
Asimismo, muchas empresas del sector privado podrían entrar en el negocio de la energía eléctrica y con ello incrementar la posibilidad de inversión.
Espero que cuando se trate la ley en particular, sea posible el análisis minucioso de cada detalle, para así visualizar de qué manera se llevará a cabo este proyecto, que tendrá sus salidas positivas y negativas, pero económicamente hablando, sería un impulso al ingreso libre de nuevos operadores en la actividad, creará un mercado mayorista y dará oportunidad de nuevos puestos de trabajo a muchas personas. Esto último es importante ya que, teniendo en cuenta la pandemia, muchos puestos de trabajo se dieron de baja.
Paraguay puede analizar más a fondo la reestructuración del sector eléctrico. No será fácil, todos -en todo el espectro ideológico y en todas las posiciones políticas- tendremos que asumir costos y modificar posturas, pero los beneficios serán amplios y llegarán a todos.