En plena sublevación digital, la creatividad se ha convertido en un elemento clave para el impulso de la Economía Digital y para los emprendedores con su valor de innovación e ideas afines con la cultura que apuestan por nuevos desarrollos. América Latina y el Caribe tienen un gran potencial para el desarrollo de las industrias creativas con la herencia cultural y la innovación que se presentan día a día, por lo tanto se debería prestar atención de cerca esta nueva oportunidad.
Este término, economía naranja o creativa, apareció por primera vez en el año 2001 por John Howkins, escritor, en una entrevista donde menciona la apuesta a las oportunidades de negocio y desarrollo que representa el sector cultural y la industria creativa. Pero el concepto fue impulsado recién en el 2013 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con la publicación de un libro que trata sobre la economía cultural y creativa.
¿Entonces qué abarca la economía naranja? Naranja es creatividad, talento, innovación, impulso de nuevas ideas, oportunidad de negocio y por sobre todo, cultura. Busca fomentar este sector de la economía especialmente en economías emergentes, ya que es ahí en donde no se está potenciando.
Amartya Sen, un economista indio, ganador del Premio Noble en economía expresa que la economía naranja es importante por las independencias creativas que están en el centro de las políticas de desarrollo humano. Esto incluye el enriquecimiento de las personas a través de la música, literatura, bellas artes y otras formas de cultura, que se deben tener razones para valorarlo. Tener un alto PIB per cápita pero con poca música, arte y literatura, no es significativo para un gran éxito en el desarrollo.
Un detalle interesante del sector creativo es que su crecimiento se debe a la creciente conectividad, por ejemplo; el comercio de servicios creativos crece 70% más rápido que los bienes creativos, esto ocurre gracias al internet. Grandes industrias como Hollywood (EEUU), Nollywood (Nigeria) y por supuesto Bollywood (India) originan más de 80 películas a la semana, mientras los videojuegos se han vuelto una parte importante del día a día ocupando el 70% del tiempo en tabletas digitales. Mientras por el lado de la música ya se han creado y descargado más de 50 mil millones de apps y 25 mil millones de canciones solo en iTunes. En artes también se tienen importantes resultados, los 10 musicales más exitosos de Broadway en 3 décadas ha acumulado 26,9 mil millones de dólares, para dimensionar el monto, el costo de la construcción de la represa de las Tres Gargantas fue de 25 mil millones de dólares, nada mal para obras de teatro.
Además, ¿cómo es que este sector tan importante no es visible tan fácilmente en la economía? No es visible y sus oportunidades son ampliamente desconocidas. Al analizar la correlación que debe definir son cultura y economía, la cultura puede asumirse como un conjunto de modos de vida aprendidos y de creaciones humanas que caracterizan a una sociedad y la actividad económica debe tributar la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad, por lo tanto, se busca el desarrollo humano. Por lo tanto el hombre no puede vivir sin cultura ni economía, pues son esenciales para el desarrollo de la vida material y espiritual.
Son una composición estratégica, se sustentan mutuamente, en tanto uno produce y el otro contribuye al aumento de producción. El producto cultural se consume y tiene un importante deber económico y simbólico en la sociedad.
Dentro de esta economía naranja o creativa se puede clasificar en tres distintas categorías:
- Convencionales: que son bienes o servicios que se pueden producir en masa. Como la industria editorial, literatura académica, radio, agencias de noticias y más.
- Otras industrias: todo lo relacionado con las artes visuales, arte en movimiento, artes escénicas y shows, turismo, música, manualidades tradicionales, gastronomía y más.
- Nuevas Economías Naranjas: referido a los medios multimedios y contenido de software, como videojuegos, plataformas digitales y aplicaciones, también contiene artes gráficas e ilustración.
Hacer negocios con las ideas y creatividad de mano de los jóvenes podría ser la etapa inicial en el reconocimiento del potencial de la cultura y las industrias creativas, el impacto en la creación de empleos y la contribución al desarrollo serían claves especialmente en los países en desarrollo. Para dar algunos ejemplos, el impacto que tiene este sector en la generación de empleos en México es del 11%, en Guatemala el 7,1%, en Colombia el 5,8%, en Perú el 4,5%, en Uruguay el 4,9%, en Argentina el 3,2% y en Chile es el 2,3%.
Inclusive el BID menciona que si la Economía Naranja fuera un país, sería la cuarta del mundo (un 20% más que la economía de Alemania), el noveno exportador de bienes y servicios con USD 646.000 millones y la cuarta fuerza laboral con más de 144 millones de trabajadores. Imaginarse la gran oportunidad que tiene América Latina y solo lo aprovecha en un 0,4% y en un 0,3% del intercambio global de bienes y servicios creativos. Además, solo un 1,77% de las exportaciones de bienes creativos mundiales se origina en América Latina.
Nuestra región precisa con urgencia desarrollar negocios sustentables, ser creador de ideas para a la par generar más empleos y por sobre todo explotar la cultura y creatividad de América Latina, aprovechando que la cultura y las tradiciones siguen vivas y muy presentes en nuestras vidas. No solo generar una economía naranja con mayor importancia en nuestra región sino también se instalaría el interés de la población en estos negocios; ir más al cine, más conciertos, más lectura y más cultura.
Resumen:
Esta economía naranja tiene el fin de apoyar a emprendedores creativos y a la emergencia de los nuevos talentos, es esencial reconocer la creatividad existente e impulsarlos ya que generan no solo nuevas formas de empleo sino también nuevas formas de hacer negocios en el mundo. Es la nueva era de la creatividad y cultura.